domingo, 31 de julio de 2011

25 cigarrillos II



Label/Etiqueta.

Creo que el término es perfecto, porque pone en relevancia la carencia de información que implica. Porque cuando vas a Zara y pillas unos vaqueros que parece que te van a quedar bien, antes de entrar en el probador, miras la etiqueta... Y en la etiqueta no pone nada relevante. En una etiqueta nunca vas a encontrar "estos son los pantalones que le van a gustar a tu madre", "perfectos para una primera cita", "se te van a romper los bajos cuando camines un día de lluvia", "le va a encantar el culo que te hace", "se te van a manchar de salsa en nochebuena". Si alguna vez has estado con alguien a quien conocías desde hace poco tiempo y en el transcurso de una conversación has descubierto algo que no imaginabas sobre esa persona, este post va dedicado a ti. A ti, que has repasado mentalmente las conversaciones que has recordado para ver si habías metido la pata, que has recordado los chistes que has hecho por si alguno podía ofenderle. A ti, que crees que ser gay implica llevar una cola de plumas de colores en la espalda, que ser sudafricano implica ser negro o que ser extremeño es sinónimo de saber usar un rastrillo y tener un móvil con antena. Precisamente porque las personas valemos más por lo que callamos que por lo que contamos, si vas etiquetando a la gente es porque las etiquetas funcionan contigo, lo cual no dice mucho a tu favor, porque, como te he dicho antes, en las etiquetas no pone nada relevante.


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