miércoles, 5 de octubre de 2011

Ángulo muerto


Esta tarde he tirado una moneda al aire. Ha salido cara, eso era que sí: que sí me iba a salir cara la tarde. Pero me valió para algo importante, porque me volví a casa pensando que gran parte de estar contento con uno mismo pasa por no buscar los motivos de todo. Bendita ignorancia. Durante mucho tiempo he convertido mis días en un acto de fe, en una búsqueda continúa de explicaciones que me hiciesen entender lo que nunca voy a entender, inventándomelas según mi lógica y creyéndomelas cual misterio revelado. Y si algo tienen en común todas las religiones, es que son un coñazo... Dogmas ante los que doblegarse sin prueba ninguna, solo por entregarte al valiente acto de creer en algo. Cada vez que he querido comprender historias que no comprendía, cada café que me he tomado buscándole el sentido a comportamientos, a situaciones y a accidentes cromosómicos sin tener todos los datos, han sido tan útiles como ir todos los domingos a misa a que me ostien. Con solo dos ojos no puedes ver todas las persepectivas de una historia... Acuérdate de esta entrada la próxima vez que llegue a tu mente un "yo creo que..", "a mi me da la sensación..." o "esto será por...", porque todo lo que sigue a ese tipo de frases no es más que una apuesta...

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