jueves, 10 de noviembre de 2011

La Universidad de la Calle



Orange y Movistar han estado jugando con mi línea de internet (y con mis sentimientos en definitiva, que todos los días en cuanto me despertaba iba corriendo al router a ver si habían venido los Reyes Magos) durante una semana, pero no te preocupes, porque cuando vaticiné este hecho prometí cincelar toda la materia carne de blog, y así lo hice. Aquí van las dos cosas que he aprendido estos días en las calles:


Número uno (palito): la gente me mira. Guiberfucker. Lejos de "El Secreto" y lo que te cuenta tu amiga la guapa de la que todos van detrás, soy la prueba viviente de que la belleza es una actitud. No me preguntes dónde está la magia en esta situación porque no puedo explicarte claramente la relación que existe entre que te mires al espejo y te gustes, y que el efecto se propague a medida que te mueves por la ciudad como si llevases un desodorante mágico. Lo que si puedo explicarte es que la parte más difícil de que tu presencia agrade a los demás es agradarte a ti mismo, y te aviso desde ya que eso es algo que va más allá de lo físico.
Pero el diablo está en los detalles, dicen los ingleses. La contrapartida del dominio de este superpoder es que si la belleza se te huele entre los poros, lo mismo pasa con la fealdad, la pobreza, la envidía o el egoísmo. Todas las actitudes son perceptibles a niveles que no podemos imaginarnos por eso (aquí enlazo con "la tarea del héroe" que me cuadra de maravilla) no me cansaré de repetirte que tengas cuidado con lo que piensas y sientes, no sólo con lo que haces, porque todo ello lo llevas escrito en la cara.


Número dos (palito palito): 'simple' no es un adjetivo peyorativo. Hace poco tiempo hablaba con un amigo italiano ante el que siempre me he mostrado un poco escéptico (a veces es muy italiano) y cuando no pude evitar comentarle mi asombro ante lo rápido que se estaba embarrando en una relación nueva me dejó con el culo torcido cuando me respondió: "sólo necesito tres cosas en esta vida para ser feliz: a toilet, a bed and a job". Mucho me temo que madurar se basa en sostener tu felicidad sobre cosas sencillas: es menos cool a la hora de abarcar conversaciones en la sobremesa, pero es mucho más práctico a la hora de sobrevivir. ¿Sabes esta gente "fiestera" que critica mucho a sus amigos cuando al tener pareja dejan de salir tanto de juerga y pasan más tiempo en casa? Esa gente quiere una relación con especial ahínco.

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